“La mayor catástrofe de su historia”
116 ciudades en estado de emergencia, 20 personas muertas y 358 personas lesionadas, 62.500 personas sin hogar o desplazadas y más de 430.000 personas afectadas.
Las devastadoras lluvias que han azotado desde el jueves han provocado la ruptura de presas y el desbordamiento de ríos.
Las dos represas que cedieron en el noreste de Brasil, inundaron casas, convirtiendo las calles en ríos y obligando a sus habitantes a abandonar sus casas para trasladarse a terrenos más altos.
El presidente brasileño, Jair Bolsonado, ha asignado 200 millones de reales (35,5 millones de dólares) en fondos de ayuda para desastres por las graves inundaciones.
La ciudad más afectada ha sido la turística Ilheus, en el litoral sur de Bahía, que concentra la mayor parte de las 430.869 personas se han visto afectadas, no solo por la destrucción de casas y negocios, sino también por su aislamiento, sin poder moverse o recibir víveres y medicamentos.
El coronel Miguel Filho, le dijo a la agencia AP que todavía hay ciudades inundadas y aisladas, y que las lluvias continúan.
Los bomberos estatales dijeron en un comunicado el martes por la tarde que estaban ordenando la evacuación de barrios en cuatro municipios en medio de un “riesgo inminente de inundaciones”.
El gobernador de Bahía, Rui Costa, indicó que algunas personas habían sido rescatadas de los techos de sus casas. Las autoridades intentan hacer llegar alimentos, colchones y ropa a los damnificados.
También se lamenta la destrucción de almacenes con vacunas contra el COVID-19.
En diversos lugares, la gente utiliza botes y colchones inflables para buscar a gente que ha quedado atrapada en sus casas.
En Itabuna, vecinos rescataron a una anciana de 102 años de su hogar, con la ayuda de un colchón inflable. «El agua había subido tanto, que llegó hasta la vivienda», dijo un sobrino de la mujer a reporteros locales.
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