Cada verano, los incendios forestales en España vuelven a devoran nuestros bosques, arrasan el medio rural y ponen en peligro vidas humanas.
El cambio climático y la tendencia de la última década, no deja lugar a dudas: los grandes incendios continuarán siendo un grave problema.
Se producen unos 14500 incendios forestales en España al año de media, quemándose unas 43.000 hectáreas de media. (lo equivalente a unos 43.000 campos de futbol).
De los cuales en el 96% interviene la mano del hombre, de ellos el 55% son intencionados y el 23% por accidente o negligencia.
El riego de incendio es máximo cuando la temperatura es superior a 30 grados, corre vientos de mas de 30 km/hora o hay un humedad inferior al 30%.
Este verano, hasta finales de julio solamente se han quemado unas 11.000 hectáreas, cuando lo normal hubiera sido unas 137.840 hectareas. Un gran resultado, que no nos debe de llevar a bajar la guardia.
Según Francisco Senra, técnico y analista del centro operativo del Infoca, cree que este descenso se
puede atribuir a las lluvias de las tormentas e principio de verano, a la actuación de los servicios contra
incendios, a la labor de los ciudadanos que en cuanto ven una columna de humo lo comparten en las
redes sociales, lo que permite una intervención inmediata.
En España somos buenos apagando incendios, pero debemos aposta mas por la prevención, como
puede ser la inversión para dar vida al monte, recuperar los numerosos usos de los montes, luchar contra
el abandono de los montes, etc.
Hay menos incendios, pero los que se hacen grandes (más de 500 hectáreas) son cada vez más destructivos, siendo fundamental las primeras horas. En el incendio e Coín del año 2012 la mayor parte ardió en las primeras 4 horas y en el de Castellón, os tercios de la superficie quemada ha ardido en dos horas.
También se advierte que lo peor esta por venir ya que los fuegos suelen venir tras una ola de calor, y este año con motivo de las subidas de temperaturas por el cambio climático, estaremos en máxima alerta hasta octubre.
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